viernes, 11 de octubre de 2013

EL ESCUCHA NUESTRAS SUPLICAS







¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?  Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.
Salmos 42:5

Echa sobre Jehová tu carga, y El te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.
Salmos 55:22

Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de El es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Salmos 62:5-7

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